sábado, 21 de marzo de 2009

Nota sin cuerpo

Todo empezó sin planearlo. Te ví, no volteaste y prendiste tu cigarrillo. Me escuchaste y volteaste, fueron mis palabras las que te atrajeron a mí, y sigue siendo así hasta hoy.
No sé cómo ni cuando, pero llegó aquel amargo momento en que no podía dejarte de lado; lo raro fue que ni sabía tu nombre: el hecho que rieras conmigo se metió en mí.
Y poco a poco fui encontrándote, o tal vez tú me encontraste a mí. Odié tantas de tus miradas desvergonzadas, siempre atento a mí. 

A medida que el tiempo avanza, las cosas suelen ponerse mas curiosas, y es que, jamás habría imaginado que tu voz y tu vida habrían sido parte de mi vida diaria. Horas de horas hablando, conociendote a ti, conociéndome a mí.

Cada día que pasa, mi situación es más confusa. No sé por qué aprendí a quererte, y quisiera saber la razón por la cual puedo hablarte mirando tan directamente a tus ojos.

Si volar sin alas es tan fácil si tienes por quién, por qué mis alas no se despegan de mi espalda...
Quisiera poder lanzarme a ese vacío y saber que caeré en tus brazos, saber que el dulce de tus labios será la miel a la cual tendré que acostumbrarme. Oh, quisiera! Que seas feliz; que tus latidos sean acelerados por la existencia de alguien que sepa hacerte feliz.

Sin principio y sin final, me mantengo en el proceso sin conclusión de una historia sin fundamento, una mala broma de la vida que no me deja estar contigo, pero tampoco sin ti.

No hay comentarios: