
La confesión a base de ésta lectura es de cierta forma mi opinión, ahora de cierta forma reconstruida a base de ciertas cosas de este libro y de lo que siempre he pensado y lo que he dejado de pensar. Empezando por las cosas en las que concuerdo: las mujeres con nuestro feminismo mal aplicado, de cierta forma hemos (lamentablemente debo incluirme) matado a ese hombre o chico detallista. “Modernas o no, extrañamos al hombre detallista y, por supuesto, sus detalles. Ahora los hombres, tal vez por nuestra propia actitud de mujeres aguerridas, desconfiadas, independientes, ya no quieren sentir que estamos burlándonos de ellos. Ya no nos quieren contemplar porque se sienten escaneados, analizados, juzgados permanentemente por nosotras (...) Las mujeres, mientras sigamos pensando que cualquier cosa que nos den o quiera hacer por nosotras, podríamos hacerlo mejor y mucho más rápido que ellos, estaremos inevitablemente condenándonos a no volver a recibir nunca ninguna manifestación de cariño. Nos acostumbramos a caminar más rápido que ellos, a manejar nuestro propio carro, que pagamos nosotras mismas a crédito, a decir no porque sí, a llamarlos por nuestra propia cuenta, a invitarlos a salir si es que tenemos ganas de verlos”... Por qué será que las mujeres somos ahora tan desconfiadas? Sí será que el enfrentarse a todo ese mundo por nosotras mismas nos hace eso? Entonces, cuál sería la solución más apropiada?
También concuerdo con que “somos arquitectas de nuestra propia desgracia”: “por más que nos decepcionemos de un hombre, siempre terminamos saliendo con uno que tiene el mismo patrón, el mismo que nos hace daño por las mismas razones que el anterior. Triste, además que, por pura y física cobardía no nos atrevamos a salir con alguien que valga la pena por toda esa inseguridad que frecuentemente nos ataca. Es decir, es nuestra culpa si escogemos mal con quien compartir nuestras vidas y, peor aún, si insistimos en quedarnos ahí y seguir caminando por el mismo camino rocoso a pesar de habernos convencido de que lo que escogemos no nos hace felices; si seguimos insistiendo en caminar por el mismo oscuro túnel y sin salida”, o bueno, ese es el único ejemplo que yo podría aplicar, ya que los otros están fuera de mi alcance.
Y en lo que estoy en contra, es, indiscutiblemente, el hecho de querer que las mujeres no podamos valernos por nosotras mismas. Está bien querer llevar una vida cómoda, pero creo que el ser asalariadas no debería ser nuestra ruina en las relaciones afectivas, si no todo lo contrario! Por qué no tratar de llegar a un acuerdo diplomático en una guerra tan eterna?Por qué simplemente no tratar de adecuarse cada uno a las necesidades del otro y lograr así que sea complementario? Creo que es cómodo para cualquiera vivir acomodadamente, pero vivir cómodos a costa del otro me parece demasiado aprovechado... No lo sé. Uds. decidan.
Esto es para todas las que lo necesiten. Recuerden que siempre hay una mujer que ha pasado por algo similar, sólo es cosa de preguntar. Todas tenemos algo bueno, así que aprovéchense al máximo